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10 cosas que no debés hacer estando embarazada

Estar embarazada no impide llevar una vida normal. Sin embargo hacer una vida normal no es sinónimo que hacer cualquier cosa. Te contamos cuáles son los “prohibidos” del embarazo.

Ante la noticia de que estás embarazada, decenas, cientos de preguntas retumban en la cabeza de la futura mamá, y hasta lo más cotidiano se convierte en una duda. Y en la primera visita al obstetra, la pregunta no se hace esperar: ¿puedo seguir realizando las actividades habituales? La respuesta es sí, podés hacer una vida normal: trabajar, comer, hacer ejercicio físico, viajar, tener relaciones sexuales… Pero no hay que confundir los términos: hacer una vida normal no es lo mismo que hacer cualquier cosa. De hecho, hay ciertas cosas que sí o sí debés evitar. Te contamos cuáles.

1. Fumar

¿Sabías que en solo 7 centímetros de largo un cigarrillo contiene miles de compuestos químicos diferentes? Los tres principales son la nicotina, el monóxido de carbono y el ácido ciánico. Y algunos de sus efectos nocivos son: infertilidad, aborto, parto prematuro, alteraciones inflamatorias, desprendimiento prematuro de la placenta, mayor incidencia de desnutrición fetal, bajo peso al nacer y muerte súbita del recién nacido. En síntesis, hay más de una razón para abandonar el vicio. Diversos estudios demostraron que las consecuencias del tabaquismo sobre el crecimiento del feto son proporcionales a la dosis: cuanto más fumás, mayor será el efecto restrictivo en el peso del bebé. Pero si en cambio, abandonás el hábito, tu hijo nacerá con un tamaño y una salud equivalentes a los del bebé de una mamá que no fuma.

2. Tomar alcohol

El alcohol es una de las sustancias responsables de malformaciones fetales, por lo tanto el consejo es no tomar ni una copa, ya desde el momento en que empezás a planificar el embarazo. Al igual que con el cigarrillo, el impacto negativo depende de la dosis ingerida: a mayor consumo, peores serán los efectos sobre tu hijo.

Para el bebé, las secuelas del síndrome de alcohol fetal son: retardo del crecimiento intrauterino, menor tamaño y bajo peso al nacer, estatura pequeña y anomalías faciales. También puede afectar el sistema nervioso central y producir, entre otros trastornos, microcefalia (escaso desarrollo del cerebelo), además de originar dificultades en el aprendizaje y en el comportamiento social.

El alcohol es una de las sustancias que provocan malformaciones fetales. Si estás planificando un embarazo, ni una copita.

3. Beber café en exceso

La cafeína (que no sólo está presente en el café sino también en el cacao, el chocolate, el té y algunas bebidas cola) es un estimulante del sistema nervioso que incrementa la frecuencia cardíaca y el metabolismo. En altas dosis, puede provocar excitación, palpitaciones e irritación del tracto digestivo. Y también aumentar la producción de epinefrina, una sustancia que coloca en situación de estrés tanto a la mamá como al bebé, ya que reduce la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan al feto. Por lo tanto, lo ideal es no consumir más de dos pocillos de café por día.

4. Agotarte

Un descanso adecuado ideal se logra con 8 horas de sueño durante la noche y 2 horas por la tarde (los enunciados suelen ser más fáciles que su aplicación). Consejo: descansá todo lo que puedas, durante el día jerarquizá los quehaceres según su importancia, y aprovechá los fines de semana para dormir y relajarte. Y otra recomendación: no compitas en tus tareas, porque los “no embarazados” te llevan ventaja.

5. Automedicarte

La costumbre de la automedicación es siempre peligrosa, pero más grave aun si estás embarazada. Es bueno saber que muchos remedios pueden tener efectos verdaderamente nocivos para tu bebé si los tomás sin prescripción médica.

Infertilidad, aborto, parto prematuro, desprendimiento de placenta, desnutrición fetal, y muerte súbita del recién nacido, son solo algunos de los efectos nocivos del cigarrillo.

6. No alimentarte bien

Alimentate correctamente: elegí los alimentos adecuados, en cantidades moderadas, privilegiando la variedad y la calidad. De esta manera -además de no pelearte con la balanza- evitarás posibles e indeseables complicaciones.

En cuanto a las calorías, si bien durante el embarazo es preciso reforzarlas, no significa que tenés que comer “por dos” sino “para dos”: con 300 calorías adicionales por día es suficiente. La mejor guía para una alimentación equilibrada es la pirámide nutricional. Y si querés cuidar la línea, optá por los alimentos descremados o reducidos en calorías.

7. Fumar marihuana

La marihuana es la droga psicoactiva más consumida en el mundo, y tiene graves efectos adversos: afecta la memoria, el aprendizaje y el comportamiento social, y aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. Pero si la consume una embarazada, los daños también alcanzan feto: interfiere en su crecimiento y desarrollo, incrementa el riesgo de microcefalia (cabeza más pequeña), bajo peso al nacer, y aumenta las posibilidades de parto prematuro. Luego de nacer el bebé puede presentar síndrome de abstinencia con temblores y llanto, y, durante la infancia, alteraciones cognitivas, de memoria y de conducta.  Si estás embarazada y fumás marihuana, el consejo es que interrumpas el consumo por completo. Se puede, y tu bebé te lo agradecerá.

8. Consumir drogas

Si bien las drogas tienen efectos nocivos para todos aquellos que las consumen, son especialmente peligrosas durante la gestación. Si vos te drogás, también se droga tu bebé. Y las consecuencias no son banales. Además de incrementar las posibilidades de tener un parto prematuro, aumentar el riesgo de retardo en el crecimiento fetal, bajo peso al nacer, microcefalia (cabeza más pequeña), malformaciones fetales, defectos congénitos miembros, y síntomas de abstinencia neonatal. Si consumís drogas, pedí ayuda. Bien vale la pena abandonar el hábito.

9. Comer sushi

El sushi y el sashimi no son recomendables durante la gestación, dado que se elaboran con pescado crudo, que puede estar contaminado con distintos microorganismos (como Salmonella, Escherichia coli, Listeria monocytogenes, virus de Hepatitis A) capaces de provocar infecciones alimentarias, afectando tanto a la mujer embarazada como al feto. Sí, en cambio, podés comer las variedades vegetarianas o realizadas con pescados o mariscos cocidos.

Por la misma razón, no se debe comer huevo frito, poche o pasado por agua, ni tampoco ceviche, ostras o carpaccio: se trata de alimentos sin cocción.

10. Realizar ejercicios físicos riesgosos

El ejercicio es fuente de buena salud, y si el embarazo se desarrolla de manera normal, no hay motivo para no practicarlo. Sin embargo, hay deportes más recomendables que otros. Algunos no representan riesgo alguno, otros pueden practicarse con moderación, y otros están contraindicados.

Con el asesoramiento de Dr. Mario Sebastiani, Médico obstetra.

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