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Lo que nadie te contó sobre el parto

Por Claudia Baschera

Es poco probable que el bebé nazca en la fecha probable de parto

En la primera consulta con el obstetra, se estima la fecha probable (FPP) tomando como referencia la fecha de la última menstruación (FUM): es el único dato disponible ya que es imposible saber el día en que ocurrió la concepción.  Sumando 9 meses + 1 semana desde el primer día de la última menstruación, se obtiene la FPP. En ocasiones, esta fecha puede ser “corregida” en una ecografía realizada en las primeras semanas de gestación. El motivo es que en un comienzo todos los fetos tienen el mismo tamaño (más adelante dependerá de su peso), por lo que se puede estimar la edad gestacional realizando la medición de algunas partes del feto.

Pero a pesar de todo -y como su nombre bien lo indica-la fecha es “probable”, y quiere decir que el bebé nacerá alrededor de la misma. De hecho, son muy pocos los bebés que nacen exactamente ese día.

Nadie me dijo que no era necesario romper bolsa para comenzar el trabajo de parto

No todos los trabajos de parto comienzan con una rotura de bolsa. Hay distintas formas advertir que el trabajo de parto comenzó. Hay tres maneras posibles que pueden dar la pauta de que el parto se avecina. La primera, es cuando la mujer comienza con contracciones cada 3 ó 4 minutos, durante una hora y media o 2 horas, y que no cesan si la mujer se recuesta. La segunda es la rotura de bolsa: si el líquido es de color claro (como agua jabonosa) puede ducharse tranquila, e ir a la maternidad, pero sin urgencia. Por el contrario, si el líquido es de color verdoso, lo mejor es no perder tiempo y consultar lo antes posible, para poder determinar la causa.


Y en tercer lugar, una pérdida de sangre, tipo hemorragia (más cuantiosa que la de una menstruación) y generalmente acompañada de dolor; en este caso es preciso consultar de inmediato para determinar el motivo. No hay que confundir una hemorragia con la pérdida del tapón mucoso; éste último no tiene consistencia líquida sino que es un moco sanguinolento similar a un flujo más denso, y su pérdida no reviste urgencia alguna.

No sabía que el trabajo de parto podía ser tan largo

En una futura mamá primeriza puede durar mucho tiempo: entre 8 y 12 horas. En cambio, si se trata de mujeres que ya han tenido hijos, los tiempos del trabajo de parto suelen acortarse. 

La rotura de bolsa no es como un baldazo de agua

Muchos tienen la imagen cinemátográfica de una embarazada que rompe bolsa, dejando caer litros de líquido, como si hubieran abierto las compuertas de un dique. Pero no es así. Cuando hay una rotura de bolsa el líquido corre entre las piernas (como si se estuviera orinando); es raro que caiga mucha cantidad, sino que en general sale de a poco. Para confirmar si se trata de pérdida de líquido amniótico, lo mejor es ponerse un apósito: a diferencia de la orina, el líquido es incoloro o blancuzco, similar a agua jabonosa con olor a agua lavandina o a semen, y seguramente continuará mojando el apósito.

No pensé que las contracciones de parto dolían tanto

Las contracciones de parto suelen ser dolorosas. ¿A qué se debe? Cada contracción “ayuda” a dilatar el cuello del útero. La enorme sensibilidad obedece a que el cuello del útero es una zona sumamente enervada. Y va un dato: esos mismos nervios son los mismos que -en el hombre-dan sensibilidad a los testículos. Sin embargo, vale saber que algunas mujeres durante el trabajo de parto tienen contracciones frecuentes pero no sienten dolor, y que no hace falta que sean dolorosas para que sean efectivas.

Nadie me contó que las contracciones de parto también pueden percibirse como un dolor en la parte baja de la espalda

Sí, si durante el trabajo de parto, la cabeza o la colita del bebé comprime los nervios de la zona del sacro, la molestia se sentirá pero en la espalda, similar a dolores menstruales.

Pensé que tenía que ir a la maternidad ante la primer molestia

En las primerizas el trabajo de parto puede ser muy largo. Por este motivo, la recomendación es transitar la mayor parte del trabajo de parto en casa: se sentirán mucho más cómodas que en la maternidad (obviamente esto depende de la distancia al sanatorio y a las recomendaciones del obstetra tratante). A medida que el trabajo de parto avanza, las contracciones son más frecuentes e intensas. Para evitar reiteradas idas y vueltas a la maternidad, lo aconsejable es acudir a la maternidad cuando han pasado más de 90 minutos de contracciones rítmicas, con una frecuencia de 3 ó 4 minutos. En estas contracciones la mujer debe sentir la panza muy pero muy dura, en toda su superficie, tornándose imposible “tocar” al bebé a través del abdomen (si presiona el abdomen y logra palpar alguna parte del feto, no es una contracción; seguramente el bebé se ha estirado y provocado que la panza esté más dura de un lado que del otro).

Durante el trabajo de parto puede darse una ducha o un baño, porque tiene tiempo de hacerlo perfectamente, y seguramente la relajará.

No sabía que había tantas personas en una sala de partos.

En la sala de partos habitualmente se encuentran: la paciente, la pareja o acompañante, el obstetra, el médico de guardia o la partera, el anestesista (si es que hubo anestesia peridural), la enfermera, y el neonatólogo. En ocasiones también se suma una doula u otra persona del entorno familiar. Dado que es un área quirúrgica y debe ser estéril, todas las personas allí presentes requieren una vestimenta especial: un ambo quirúrgico, gorro, botas, y barbijo.

Nadie me dijo que con la peridural sentiría tanto frío

A pesar de que el ambiente está calefaccionado, durante el parto la mujer suele sentir frío, y esto se debe a dos razones. La primera es que a la mujer se le coloca una vía y se le administra rápidamente suero (que está frío, y da frío). Por otra parte, la anestesia afecta la regulación de la temperatura corporal. No te asustes si unos minutos después de aplicada la anestesia empezás a temblar como una hoja: es absolutamente normal.

¿Ya no rasuran?

El rasurado del pubis durante el parto era una práctica de rutina hasta hace unas décadas porque lo consideraban más “higiénico”. Ya no se realiza: el principal motivo es que, al rasurar el vello, los poros quedan abiertos, y pueden convertirse en la puerta de ingreso de numerosos gérmenes y generar una infección. Por otra parte -a diferencia de lo que ocurría tiempo atrás- en la actualidad la mayoría de las mujeres acostumbran a depilarse tanto la zona genital como la tira de cola (parte más cercana al lugar donde se realiza una episiotomía), incluso muchas han realizado una depilación definitiva.

No imaginé que haría tanto calor en la sala de partos

En el vientre el bebé está a una temperatura de 37º (la del cuerpo materno). Por esta razón, sea invierno o verano, la sala de parto tiene una temperatura cálida (aproximadamente 27º) para recibir al bebé y evitar que un cambio muy brusco de temperatura lo enfríe y le ocasione alguna dificultad respiratoria por falta de adaptación al medio, que es mucho más frío que el ambiente materno. Como el bebé nace mojado y en la sala de parto no hay 37º sino 27º, generalmente hay una servocuna calefaccionada para sectorizar aún más el calor.

No pensé que podía “hacerme encima” durante el parto

Ocurre esporádicamente y ES algo que suele preocupar a las mujeres. Para comprender por qué puede ocurrir esto, debemos saber que la vagina y el recto son “vecinos”, que están separados por una pared blanda. En la parte final del parto, cuando el bebé desciende por la vagina, comprime el recto. Si la mujer no evacuó ese día, el recto está ocupado y puede pasar que defeque. También es posible que, al descender por el canal de parto, el bebé comprima la vaginay la mujer orine. No es malo ni avergonzante, es un hecho natural.
Años atrás se aplicaba un enema antes del parto, pero ya no se practica más.

parto
No sabía que podía ver sangre en el parto (ni que el bebé nacería tan manchado)

El cuello del útero es una zona muy vascularizada. Cuando se dilata, algunos vasitos sanguíneos pueden romperse, y de ahí procede la sangre. Además, si se practicó una episiotomía o se produjo un desgarro vaginal, habrá sangre proveniente de la herida. Otra razón es que, en ocasiones, la placenta se desprende en el momento de la salida del bebé, y suele sangrar bastante. Todas estas razones hacen que algunos bebés nazcan manchados con sangre, pero en ningún caso implica que el bebé esté lastimado.

Nadie me dijo que no siempre nacen llorando

Si bien muchos bebés nacen llorando, no todos lo hacen espontáneamente, si no por un estímulo; al secarlo encima de la panza de la madre seguramente lo hará (años atrás se les daba una palmada en la cola… ¡por suerte, ya no!). Pero el hecho de que no llore no implica que tenga problemas de salud: puede ser súper sanito aunque no nazca a los gritos.

No creía que el bebé puede nacer azulado

Los bebés no suelen nacer rosaditos, sino más bien morados (en especial las manos, los piecitos y la boca). ¿Por qué? Al nacer tienen oxígeno dado por la placenta, todavía no tomaron aire del ambiente, y además están tratando de regular su temperatura (vienen de un ambiente mucho más cálido del que encontraron al nacer). Habitualmente a los pocos minutos de vida el color se va recuperando.

No sabía que después del parto tendría pérdidas durante tantos días

Los loquios son pérdidas que ocurren en el posparto. Son más abundantes durante los primeros 2 o 3 días y luego ceden, para reaparecer a los 10 días; vuelven a disminuir y aparecen 10 días después. En total las pérdidas duran entre 30 y 40 días (¿escuchaste hablar de la famosa cuarentena?). ¿A qué se deben? Esa sangre proviene del útero, más precisamente del proceso de cicatrización del lugar donde estaba adherida la placenta, que es una zona sumamente vascularizada y sangrante. Para comprenderlo más fácilmente, el loquio vendría a ser la “cascarita” que se desprende de ese sector que quiere cicatrizar.

¿Por qué después del parto (y a pesar de estar feliz) siento ganas de llorar todo el tiempo?

Es muy frecuente que tras el parto haya un notorio cambio de humor en la mujer. La causa no es una, sino muchas a la vez. Además de los cambios hormonales (que de hecho existen), la confrontación del bebé imaginado versus el bebé real; el pequeño llora y no logra descifrar por qué; tiene los pechos hinchados y doloridos; cree que no va a poder con todo; siente alegría por el bebé que tiene en brazos pero añora la panza que ya no está. Es un mix de sensaciones: está feliz, pero triste a la vez. En el posparto inmediato ocurren muchas cosas importantes, y en cuestión de horas.

No sabía que luego del parto seguiría teniendo una panza muy parecida a la del embarazo

Durante el embarazo los músculos abdominales se distienden mucho, y tras el parto -y por un tiempo considerable- quedarán sin tono muscular. Además, durante las primeras dos semanas suele persistir la retención de líquidos (por lo que sigue teniendo los pies y las manos hinchadas). Y en los primeros días tras el parto suelen tener inconvenientes en mover el intestino, lo que favorece esta sensación de hinchazón. Es importante tener en cuenta que el cuerpo materno cambió muchísimo, y que le llevó nueve meses hacerlo; sería ilógico pensar que de un día para el otro recuperará la forma que tenía antes del embarazo.

No sabía que Que me costaría tanto defecar después del parto

Después del parto suele ocurrir  una parálisis del intestino. Si fue una cesárea, seguramente no lo logre hasta después de llegar a su casa. Y si el parto fue vaginal y le realizaron una episiotomía es normal que sienta mucho temor: los puntos molestan y tiene miedo de desgarrarse. Es recomendable que coma bastante fibra (frutas, verduras) y que ingiera mucho líquido. Si no lo logra o le cuesta mucho, puede tomar un laxante suave (previa consulta con el obstetra).


Asesoró: Dr. Julio Malamud, Médico obstetra
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