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Cómo evitar una intoxicación por monóxido de carbono

Llegó el invierno y el frío se hace sentir. Y para combatirlo, mucho abrigo cuando salimos a la calle, y una buena calefacción en el hogar. Pero cuando de calentar la casa se trata, es imprescindible tomar recaudos. Cada año mueren cientos de personas como consecuencia de intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono en nuestro país. Y en la mayoría de los casos se deben al uso de braseros, o de artefactos a gas mal instalados o ubicados en ambientes que no tienen una buena ventilación. Por eso es fundamental tomar medidas para evitar una intoxicación por monóxido de carbono.

Qué es el monóxido de carbono

Los materiales ricos en carbono -gas, petróleo, carbón, kerosén, nafta, madera y plásticos- necesitan del oxígeno para poder quemarse. Cuando se produce la combustión, se libera dióxido de carbono y vapor de agua. Pero si la cantidad de oxígeno en el ambiente es insuficiente, la combustión resulta incompleta, y en lugar de dióxido lo que emana es monóxido de carbono más vapor de agua.

El monóxido de carbono es un gas sumamente tóxico, que puede estar presente en cualquier sitio donde haya fuego si el ambiente no está correctamente ventilado. Puede provenir de calefones, termotanques, estufas, cocinas, calentadores, chimeneas, salamandras, parrillas y calderas, entre otros artefactos, y como no tiene olor ni color y tampoco irrita los ojos, la nariz o la garganta, es imposible advertirlo. De ahí su peligrosidad.

Sin embargo, hay indicios que pueden sugerir que algo anda mal: por ejemplo, si la llama de la hornalla es amarilla o anaranjada en lugar de azul, o cuando los artefactos o conductos de evacuación se tiznan o decoloran, o cuando manchan las paredes cercanas.

Las estadísticas indican que los calefones ocupan el primer puesto, pero en invierno, la principal causa de intoxicación por monóxido de carbono son las estufas. Para mantener cálido el hogar se incrementa el uso de calefactores y al mismo tiempo se cierran las puertas y ventanas, lo que impide la entrada de aire fresco y la salida de gases nocivos. 

Cada año mueren cientos de personas por intoxicación por monóxido de carbono en Argentina

Por qué es tan peligroso

El monóxido de carbono ingresa en el organismo a través de los pulmones, de allí pasa al torrente sanguíneo, desplaza al oxígeno y toma su lugar. De esta manera, la sangre lo transporta hacia las células, que reciben menos oxígeno y mayor cantidad de gas tóxico. Los órganos más afectados por la carencia de oxígeno son el cerebro y el corazón. 

Los síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono son dolor de cabeza, vómitos, malestar general, mareos, dificultad para caminar y desmayos, y suelen afectar a todo el grupo familiar. ¿Cómo se trata? Recibiendo oxígeno al 100 por ciento, o mediante cámara hiperbárica. 

El monóxido de carbono es conocido como “el asesino silencioso”: es un gas tóxico que no tiene olor, color ni sabor. Por lo tanto, es imposible advertir su presencia.

Consejos para evitar una intoxicación por monóxido de carbono

  • No obstruyas las ventilaciones.
  • Utilizá artefactos aprobados y con garantía de fabricación.
  • No instales el calefón en el baño.
  • Cerciorate de que los artefactos sean instalados por gasistas matriculados. 
  • Renová el aire de los ambientes donde haya artefactos a gas. 
  • En los dormitorios y baños, usá solo artefactos de tiro balanceado. 
  • No uses el horno, las hornallas ni braseros para calefaccionar la casa.
  • Hacé revisar las estufas o calefactores una vez al año por un gasista matriculado.

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