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Comer afuera con tu bebé

Para muchas familias, salir a comer afuera es uno de los programas preferidos y que más disfrutan. Pero una cosa eran aquellas cenas románticas en pareja, y otra -muy distinta- ir a un restaurante con el bebé. Pero teniendo en cuenta algunas pautas, es un placer que podrán seguir disfrutando sin inconvenientes.

¿Dónde vamos?

Si el bebé es recién nacido, todo es mucho más fácil: duerme casi todo el tiempo, y si está bien alimentado, papá y mamá podrán disfrutar de la cena mientras él descansa plácidamente en su cochecito. Consejo: dale de comer antes de salir de casa. Con la pancita llena, dormirá tranquilo por un largo rato.

Cuando es más grandecito, y ya come, hay que tener algunas cosas en cuenta.

En primer lugar, te conviene optar por un restaurante donde los chicos sean bienvenidos. No tiene sentido elegir un sitio íntimo y sofisticado porque lo más probable es que no se sientan cómodos, y la idea es que puedas relajarte, comer tranquila y disfrutarlo. Para tu comodidad y la seguridad de tu hijo, es importante que el lugar disponga de sillitas para bebé. Caso contrario, existen sillas de comer portátiles, tipo booster, que pueden ser usadas sobre cualquier silla. Son muy prácticas, ya que podés llevarlas donde quieras.

Además, otro punto importante es que las condiciones de higiene del salón, la vajilla y los baños sean óptimas.

Hasta acá, todo más o menos bajo control. Pero claro, a medida que crece tu chiquito se pone cada vez más inquieto. Para que se mantenga tranquilo mientras está en la mesa, lo ideal es llevarle algún juego, un librito o rompecabezas para que se distraiga hasta que sirvan la comida.

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Si ya camina, es difícil mantenerlo mucho tiempo en su sillita: lo más probable es que quiera bajarse y pasear por todo el restaurant. ¿Qué hacer? No lo desatiendas ni lo dejes deambular solo, y por ningún momento lo pierdas de vista. No permitas que se arrastre por el piso, para evitar el contacto con gérmenes cuando se lleve las manos a la boca. Y fundamental: lavale las manitos antes de comer.

Si el restaurante tiene un área de juegos, podés llevarlo, pero no lo dejes solo: podría caerse o lastimarse en algún juego o jugando con chicos más grandes.

¿Qué se van a servir los señores?

Al abrir la carta de un restaurante, todo parece tan rico que se nos hace agua la boca, y siempre es difícil elegir, más aun si entre los comensales hay un bebé, porque no todos los platos son adecuados para él.

Si bien algunos lugares tienen un menú Kids, no es lo mismo un pequeño de 3 años que uno de 8 meses. Por eso, es bueno conocer las opciones más apropiadas para cada edad (ver “Un menú a su medida”).

Por otro lado, los bebés comen bastante poco, por lo que no hace falta pedirle un platazo que no llegará a terminar. Lo ideal es que mamá o papá ordenen algo que puedan compartir con el pequeño; por ejemplo: una porción de pollo grillé deshuesado con puré de zapallo.

¿Y para tomar? Agua mineral de marcas reconocidas, sin hielo (se hace con agua de la canilla).

Un menú a su medida

Si tu hijo tiene 7 u 8 meses: podés elegir del menú algún plato tipo papilla. Por ejemplo:

  • Puré de zapallo y zanahoria, al que podés agregarle un poquito de pollo bien cocido y triturado de la porción que pediste para vos.
  • Ñoquis de sémola de maíz (si son tiernos).
  • Soufflé de zapallo o de zanahoria.
  • Mousse de vegetales.

Para un bebé de 1 año. Los platos más adecuados son:

  • Pastas: fideos, ñoquis, canelones o ravioles, con crema o salsa rosa.
  • Crêpes de vegetales (calabaza, zucchini).
  • Soufflé de vegetales.
  • Carne, vacuna o de ave, bien cocida, acompañada de puré de papas o zapallo. Evitá las comidas que tengan carne picada: si no están bien cocidas, pueden transmitir bacterias, entre ellas, la que causa el síndrome urémico hemolítico.

Si tiene 2 años, ya puede comer diversos alimentos. Por ejemplo:

  • Milanesas con papas fritas (¡infaltables! Los chicos las adoran).
  • Pastas simples y rellenas.
  • Pollo.
  • Carne.

Alimentos que se deben evitar

Procurá elegir siempre alimentos adecuados para su edad, pero además, evitá aquellos que puedan hacerle daño. Su sistema inmunológico aún está en desarrollo, y sus defensas pueden ser insuficientes para enfrentar una intoxicación.
Nunca le pidas:

  • Pescado: debido al riesgo de contaminación en alguna de las fases de preparación (en especial porque es frecuente que se corte la cadena de frío).
  • Mariscos: pueden transmitir neurotoxinas y algunas enfermedades virales.
  • Verduras crudas: si no están bien lavadas, pueden transmitir bacterias y parásitos, y ocasionar síntomas intestinales.
  • Comidas con mayonesa: la mayonesa en mal estado puede ocasionarle una intoxicación seria.
  • Carnes poco cocidas y lácteos no pasteurizados: pueden transmitir la bacteria causante del síndrome urémico hemolítico.
  • Carne cruda o poco cocida de cerdo o de animales salvajes (ciervo, jabalí): pueden causar triquinosis.
  • Conservas caseras y miel: pueden provocar botulismo.
  • Aderezos que estén abiertos fuera de la heladera: la ruptura de la cadena de frío favorece el desarrollo de bacterias. Todos los aderezos deben venir en sobrecitos o sachets individuales.

Tip Mientras esperan el plato, evitá que coma grisines o pan con manteca. Si su hijo se sacia, no va a querer la comida. ¿Qué hacer? Comer un poquito y pedirle al mozo que se lleva la panera. ¡Santo remedio!

Pasemos al postre…

Hora de elegir el postre. Todo es rico, y quisiéramos probar un poquito de cada cosa.
Si tiene 6 o 7 meses: a esta edad, solo come puré de frutas, alguna crema de vainilla o yogur. Lo más conveniente sería llevar un frasquito de puré de frutas para bebés.
Si tiene 12 meses:

  • Frutas en almíbar.
  • Mousse de frutas.
  • Flan.

Si tiene 2 años:

  • Ensalada de frutas.
  • Helado.
  • Panqueque.
  • Flan.

Mamá precavida vale por dos

Siempre que salgan a comer afuera, además del bolso cambiador, llevá:

  • su vasito
  • los cubiertos que usa en casa
  • un babero impermeable
  • una muda de ropa (por si se ensucia)
  • toallitas húmedas

Con el asesoramiento de Dra. Mariana Moretti, Médica Pediatra Especialista en Nutrición

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