Dengue: la otra epidemia que crece día a día
La Sociedad Argentina de Pediatría alerta por el incremento de casos de dengue en las últimas semanas. Frente a esto, es fundamental tomar medidas para protegerte vos y a tu familia.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) alerta sobre el aumento de los casos de dengue, una enfermedad potencialmente mortal, cuya incidencia en nuestro país está aumentando a pasos considerables.
Cómo se transmite el dengue
El dengue no se contagia directamente de una persona a otra, sino que se transmite por la picadura de mosquitos infectados. Los principales transmisores del virus del dengue en nuestro medio son los mosquitos del tipo “Aedes aegypti”. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona que tiene dengue y luego pica a otras, les transmite la enfermedad.
Este insecto es pequeño, de color oscuro, con rayas blancas en el dorso y en las patas. Tiene hábitos domiciliarios y suele habitar dentro de la vivienda y sus alrededores, acompañando al ser humano, por lo que la transmisión es principalmente doméstica.
Como se desarrolla en envases que puedan retener agua, hay factores que favorecen la cría del mosquito vector, y por ende la transmisión del dengue: los climas con muchas lluvias y elevadas temperaturas; la insuficiente provisión de agua potable (que obliga a almacenarla en recipientes caseros descubiertos); y la presencia de recipientes de distinto tipo que funcionan como criaderos.
“Para que en una ciudad, región o país se produzca la transmisión de la enfermedad tienen que estar presentes en forma simultánea el virus, el vector (mosquito) y el huésped susceptible (ser humano). Cuando este último es infectado, se transforma en el reservorio de la enfermedad. Lamentablemente, hoy en gran parte de nuestro país tenemos un número importante de ejemplares del vector (mosquito), está presente el virus y los huéspedes somos nosotros”, advirtió la Dra. Gabriela Ensinck, infectóloga pediatra, Secretaria del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Los distintos tipos de dengue
Existen 4 serotipos del dengue; padecer la enfermedad de cualquiera de ellos confiere inmunidad permanente contra ese serotipo, pero solo por unos meses contra los restantes. Cualquier serotipo puede producir formas graves de la enfermedad, aunque los serotipos 2 y 3 (denominados DEN 2 y DEN 3) se asocian con mayor cantidad de casos graves. “Si una persona que ya tuvo dengue por uno de los serotipos recibe una picadura de un mosquito que le transmite alguno de los otros serotipos, tiene mayores posibilidades de presentar ‘dengue hemorrágico’, una de las formas graves de la enfermedad”, sostuvo la Dra. Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga pediatra, miembro del Comité de Infectología de la SAP.
Los síntomas del dengue
El dengue puede afectar a hombres y mujeres de cualquier edad. Sin embargo, según los reportes es más frecuente en los mayores de 10 años y en los adolescentes, manifestando síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor alrededor del ojo (retro-ocular), derrames oculares, manchas rojas en la piel, náuseas, vómitos y alteraciones del sabor de los alimentos y las bebidas.
En los bebés -en 8 de cada 10 casos- el dengue suele cursar en forma asintomática, o sin diferenciarse de otros cuadros virales que producen fiebre, falta de apetito, fatiga, dolor de garganta y erupciones.
“Como siempre, la aparición de todos o de alguno de los síntomas mencionados amerita la consulta urgente con el especialista. Particularmente, la presencia de fiebre y erupción en la piel hacen necesario pensar en dengue, sin olvidarnos, en nuestro medio, de la posibilidad de estar presentes también ante un cuadro de sarampión”, aclaró la Dra. Ensinck.
Cómo evitar el contagio
Con el objetivo de evitar el contagio y minimizar la propagación, la Sociedad Argentina de Pediatría recomienda:
- Utilizar repelente según las indicaciones del producto.
- Llevar prendas que cubran brazos y piernas, especialmente al estar al aire libre.
- Desechar recipientes descartables que puedan acumular agua como latas, botellas, neumáticos o lonas.
- Dar vuelta o vaciar y cepillar los recipientes que se usan con frecuencia como baldes, palanganas o tambores.
- Mantener los patios ordenados y los jardines libres de malezas.
- Limpiar las canaletas y desagües de los techos.
- Colocar mosquiteros en puertas y ventanas.
- Cubrir el cochecito del bebé con tul mosquitero.
- Utilizar repelentes ambientales como tabletas o espirales.
Asesoró: Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)
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