¿Qué hacer si tu bebé rechaza las papillas?
Después de una espera llena de expectativa, llega el gran momento: el bebé probará algo distinto de la leche. Pero, para sorpresa de los padres, las cosas no salen como esperaban. En lugar de abrir la boca para aceptar la papilla, apenas un poco de alimento toca su lengua, lo rechaza. Día tras día, la escena se repite: el bebé no acepta las papillas. Apenas la cuchara se acerca, la empuja con la mano y llora. Prefiere seguir alimentándose solo con pecho o biberón.
¿Resultado? Padres preocupados que se preguntan si su hijo aceptará otros alimentos algún día. La respuesta es sí; solo hace falta entender qué puede estar pasando.
¿Por qué el bebé rechaza las papillas?
Existen varias razones por las que un bebé puede rechazar las papillas, y cada una tiene solución. Para abordarlo, primero hay que identificar el motivo.
- Revisar la temperatura de los alimentos: Si están demasiado calientes, es probable que los rechace. Acostumbrado a la leche templada, es ideal que la papilla también esté tibia y de temperatura uniforme.
- Consistencia y textura: Hasta ahora solo ha probado la leche, por lo que las primeras comidas deben ser blandas, suaves y sin grumos ni trozos.
- La cuchara adecuada: La elección de la cuchara puede hacer la diferencia. Debe ser poco profunda, suave y con bordes redondeados, especialmente diseñada para bebés.
- Momento oportuno: Si el bebé está cansado, irritable o no se siente bien, es menos probable que acepte probar la papilla. Lo ideal es ofrecerla cuando esté descansado, de buen humor y con hambre.
Creando el hábito en la mesa
Aunque al principio no quiera comer o acepte solo pequeñas cantidades, es importante que todos los días se repita el mismo “ritual” para formar el hábito: sentarlo en su silla, ponerle el babero y colocar el plato en la mesa o en la bandeja. Y, si es posible, que sea a la misma hora en que el resto de la familia almuerza o cena, para que el bebé se sienta acompañado y estimularlo hablándole y comentando lo que están haciendo.
Por otro lado, los niños aprenden continuamente de todo lo que los rodea, también a la hora de comer, y cuando ven la comida en los otros platos, por lo general quieren probarla. Si lo acostumbrás a compartir la mesa, sin televisión y con un menú saludable, es probable que en poco tiempo ya esté comiendo lo mismo que todos los demás. Mientras tanto, podés ofrecerle alimentos adecuados para su edad (fruta, pan) que pueda tomar por sí mismo, chupar y “mordisquear”.
Asesoró: Dra. Mariana Moretti – Médica pediatra y especialista en nutrición
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