Puré de batatas asadas y espinaca

Este puré de batatas asadas y espinaca no solo le va a encantar a tu pequeño, sino que en cuanto lo pruebes, lo vas a adoptar para toda la familia.

+12 meses

Apto para freezer.

Vas a necesitar:

300 g de batatas
60 g de espinacas cocidas (aproximadamente 4 cucharadas, bien exprimidas)
10 g de manteca
2 cucharadas de leche
Agua de cocción de las espinacas, cantidad necesaria

Preparación:

Lavar bien las batatas bajo agua corriente para eliminar cualquier suciedad. No es necesario pelarlas, ya que las asaremos con su cáscara.

Precalentar el horno a temperatura media.

Colocar las batatas en una bandeja para hornear y meterlas en el horno precalentado. Cocinar hasta que, al pincharlas con un tenedor, notemos que están tiernas. Esto tomará aproximadamente 45 minutos a 1 hora, dependiendo del tamaño de las batatas.

Una vez que las batatas estén tiernas, retirarlas del horno. Cortarlas por la mitad y con una cuchara, retirar la pulpa.

Colocar la pulpa de las batatas en un bowl y aplástalas con un tenedor para hacer un puré suave.

Agregar las espinacas cocidas y picadas al puré de batatas y mezclar. Añadir la manteca y la leche. Si el puré está muy espeso, se puede agregar un poco del agua de cocción de las espinacas hasta obtener la consistencia deseada.

Para congelar el puré, dividirlo en porciones individuales y colocarlas en recipientes herméticos o en una cubetera. Una vez que estén congelados, transferir los cubos a bolsas para freezer para ahorrar espacio. Para descongelar, puedes usar el microondas o el método del baño María.

Consejito:

Antes de cocinar las espinacas, lavar bien las hojas bajo el agua corriente, asegurándote de retirar cualquier suciedad o impurezas. Añadir las espinacas a una cacerola con muy poca agu. Cocinar a fuego medio-alto durante unos minutos hasta que se ablanden ligeramente. No cocinar en exceso: de esta forma conservan mucho más sus nutrientes.

Tips para tener en cuenta:

Antes de introducir nuevos alimentos a la dieta de tu bebé, siempre es preciso consultar con el pediatra: cada niño es diferente y puede tener restricciones alimentarias específicas.
En las primeras comidas, comenzar con pequeñas cantidades de comida y observar la reacción del bebé.
Antes de ofrecerle la papilla al bebé, dejarla entibiar y comprobar que la temperatura sea la adecuada.
Supervisar siempre al bebé mientras come.
Introducir los alimentos de manera gradual, uno por uno, para detectar posibles alergias o intolerancias.
Es importante consultar con el pediatra antes de realizar cualquier cambio en la alimentación del niño.
Si el bebé tiene menos de 12 meses, debe utilizarse la leche que él toma (la leche de vaca está contraindicada antes del año).