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Segundo trimestre de embarazo: así crece tu bebé semana a semana

Cambios en tu cuerpo

Puede decirse que el segundo trimestre, que abarca desde las 12 a las 24 semanas, es la más plena de todo el embarazo: una época para disfrutar a full, porque es cuando la mujer se siente mejor. No en vano se la llama “la primavera del embarazo”. Alrededor de la semana 17 la gestación empieza a hacerse visible. Mes a mes la panza crece, ¡y cómo!

La energía puede aumentar, y la piel puede volverse más radiante debido al aumento del flujo sanguíneo.

Las náuseas, los vómitos y demás trastornos digestivos quedaron atrás, y también el temor de un aborto espontáneo. 

En este trimestre, vivirás uno de los momentos más emotivos del embarazo: ¡sentirás las tiernas pataditas de tu bebé! ¡Una sensación única!

Los pechos experimentarán cambios notables: aumentarán de tamaño y lucirán más firmes. Las areolas y los pezones podrían oscurecerse. 

Algunas mujeres podrían notar cambios en la pigmentación de la piel.

El deseo sexual suele aumentar durante este trimestre, una manifestación natural del cambio hormonal. 

Molestias típicas del segundo trimestre

Si aún sufrís náuseas, paciencia, pronto desaparecerán y te sentirás mucho mejor. Sin embargo, pueden aparecer otras molestias como: 

  • Acidez: Algunas futuras mamás pueden experimentar una sensación de ardor detrás del esternón, desde la mitad hasta el final del segundo trimestre.
  • Calambres: Especialmente en las pantorrillas y en las piernas, tienden a presentarse hacia el final de este trimestre. 
  • Constipación. Debido a los cambios hormonales, es común que el tránsito intestinal se vuelva algo más lento.

Controles médicos 

En el segundo trimestre las visitas al obstetra continuarán siendo cada 3 o 4 semanas. En cada consulta, el médico medirá la altura del útero, auscultará los latidos del corazón de tu hijo, controlará tu peso, tomará la presión arterial, y observará la posible formación edemas.

Entre las semanas 20 y 24, el obstetra te indicará un nuevo análisis y la segunda ecografía, conocida como “scan fetal”. Estos exámenes tienen como objetivo controlar tu estado de salud y el desarrollo de la gestación, así como evaluar el crecimiento de tu bebé, la ubicación de la placenta, la cantidad de líquido amniótico, y descartar malformaciones congénitas. 

Así crece tu bebé

Durante el segundo trimestre, tu bebé experimentará un crecimiento notable, y su morfología se transformará de manera significativa. En esta etapa, comenzará a desarrollar rasgos que se asemejan a los que tendrá al nacer. Su apariencia dejará de ser tan “cabezona”, y notarás cómo tanto el tronco como los miembros crecen proporcionalmente más que la cabeza. ¡Sus movimientos son cada día más enérgicos!

  • Semana 13: a simple vista mide 6 centímetros a simple vista, sin embargo -si pudiéramos estirarlo- su talla es de 8,5 centímetros. Su cabeza aún es muy grande en proporción al cuerpo: equivale a un tercio de la longitud total del mismo. Comienza a modificarse el esqueleto: los cartílagos se van calcificando y endureciendo, transformándose en huesos. Empiezan a formarse los músculos. La carita continúa definiéndose. Su piel es muy todavía finita. 
  • Semana 14: su talla es de 7 centímetros de la cabeza al coxis (el alto de un durazno), y 10 centímetros si pudiéramos medirlo estirado. Es muy livianito: pesa apenas 30 gramos. Si es varón, ya tiene pene y empiezan a formarse los testículos. Si es nena, se forman los ovarios. Comienza a notarse el cuello. 
sem14
  • Semana 15: el feto mide 11 centímetros de la cabeza a los pies, medida similar a la de una palta. Ya puede abrir y cerrar la boca; también traga líquido amniótico y lo elimina en él (¡hace pipí!). 
  • Semana 16: Si se deja ver, en la ecografía se suelen divisar claramente los genitales externos… ¡y saber si es nena o varón!
  • Semana 17: la talla total, de pies a cabeza, es de alrededor de 13 centímetros: el alto de una vainilla. El bebé ya puede mover lentamente los ojos. Su cabecita está más erguida y las orejas se van posicionando cerca de su ubicación final. La piel es de color rojo, está arrugada y cubierta de lanugo, una fina vellosidad que reviste y protege su cuerpito y que conservará hasta poco antes del nacimiento. 
  • Semana 18: el bebé tiene una medida de aproximadamente 14 centímetros, y pesa unos 200 gramos. Ya es capaz de oír: puede escuchar los latidos del corazón de su mamá, que lo acompañarán durante los nueve meses. Se desarrollan las huellas dactilares. 
  • Semana 19: El tamaño del bebé es de unos 16 centímetros, como una zanahoria mediana. Comienzan a crecer el pelo, las cejas y las pestañas. También se forma el vérnix caseoso (también conocido como unto sebáceo), una sustancia blancuzca de consistencia cerosa que cubre su piel. Es una barrera protectora que protege a la piel de la exposición con el líquido amniótico, y que llegado el momento, también lo ayudará a atravesar el canal de parto. 
  • Semana 20: mide unos 18 centímetros -el largo similar al de una banana– y pesa cerca de 320 gramos. El bebé está en la mitad de su gestación. Sus movimientos son cada vez más enérgicos. Dentro del útero, el bebé duerme mucho: de 16 a 20 horas diarias, a su propio ritmo. Y está demostrado que no solo duerme sino que ¡también sueña! 
  • Semana 21: Al finalizar esta semana, mide unos 20 centímetros y el peso ronda los 360 gramos. Los rasgos de la carita ya están totalmente definidos, y están formados la nariz, los labios y la lengua. Se desarrolla el reflejo de succión: en una ecografía es posible “pescar” al bebé chupándose el dedo pulgar. Los pulmones continúan desarrollándose.
  • Semana 22: semanas mide unos 23 centímetros y pesa más o menos 420 gramos. El bebé tiene cejas y pelito en la cabeza. Si se trata de un varoncito, comienzan a descender los testículos. 
  • Semana 23: El bebé puede comenzar a tener hipo, aunque la mamá recién logre percibirlo desde la semana 33 o 34, como movimientos breves y rítmicos. Puede mover sus ojos rápidamente. 
  • Semana 24: mide alrededor de 30 centímetros (como un ananá), y pesa de 550 a 600 gramos. Su piel se va engrosando, aunque todavía se ve arrugada.

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