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Vuelvo al trabajo: ¿quién cuidará a mi bebé?

Durante el embarazo, los tres meses de licencia te parecen una eternidad. Sin embargo, el tiempo pasa volando y hay que volver al trabajo. Es, sin duda, un momento difícil, en el que surgen profundos interrogantes… además de culpas y angustia. ¿quién cuidará a mi bebé?

Lo cierto es que nunca resulta fácil dejar a un bebé de pocos meses al cuidado de otras personas. Por eso, es conveniente analizar todas las posibilidades durante los meses del embarazo, y no cuando faltan 10 días para volver al trabajo. A partir del nacimiento del bebé, la licencia por maternidad parece volar y no es raro que surjan imperiosos deseos de largar todo para quedarse con él. Por lo tanto, no es ese el mejor momento para pensar en forma objetiva cómo organizarse.

Obviamente, las alternativas acerca de quién cuidará al bebé tienen que ser analizadas y consensuadas por ambos miembros de la pareja. Y para tomar una decisión correcta, deberán tener en cuenta no solo su situación económica sino también las razones afectivas.

 

Las distintas opciones

A la hora de elegir, los abuelos, una baby sitter, un jardín maternal y la persona que trabaja en casa (si la hubiera) suelen ser las opciones más frecuentes. Veamos los pro y los contra de cada una.

 

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Los abuelos

Una de las primeras opciones que suele tenerse en cuenta es, seguramente, algún miembro de la familia. Alguien en quien se puede confiar y que a su vez ama al pequeño. Por supuesto, las abuelas (y/o abuelos) encabezan la lista. Sin embargo, vale la pena destacar que no es una opción siempre posible, ya que hoy en día, a diferencia de lo que ocurría décadas atrás, son muchas las abuelas que tienen una actividad laboral.

Ventajas: Debido a que se trata de una opción que no suele implicar costo económico, no desequilibra el presupuesto familiar. Por otro lado, garantiza que el bebé será cuidado con amor. Otro punto a favor es que si algún día es necesario quedarse trabajando después de hora, para los abuelos eso seguramente no representará un problema.

Desventajas: Puede pasar que al pasar tantas horas junto al bebé, los abuelos sientan que tienen derecho a tomar decisiones que -en realidad- corresponden a los padres. En ese caso, puede tornarse difícil poner límites sin perjudicar la relación. Por otro lado, hay que considerar que no se trata de cuidar al niño en un momento de apuro, un ratito, o una tarde de vez en cuando, sino en forma cotidiana y durante un lapso relativamente prolongado, lo que implica un compromiso. Y lo cierto es que no es justo que, después de haber criado a sus hijos, los abuelos deban resignar el tiempo de sus propios proyectos o sus ratos de esparcimiento.

 

Si la decisión recae en una baby sitter, lo más conveniente es conseguir a alguien recomendado por algún familiar, amigo o compañero de trabajo.

 

Una niñera

Si la elección recae en una niñera, lo más conveniente es conseguir a alguien recomendado por algún familiar, amigo o compañero de trabajo, no solo para tener de referencia una buena experiencia previa sino también por cuestiones de seguridad. Y si entre los conocidos no es posible encontrar a la persona que se adapta a tus necesidades, tendrás que verificar que los antecedentes de la niñera sean comprobables y satisfactorios. En la actualidad existen plataformas on line que ponen en contacto a los padres con las posibles candidatas.

Ambos miembros de la pareja deberán tener una o varias entrevistas para interiorizarse de la personalidad de la niñera, preguntarle cómo resolvería situaciones de emergencia, y conocer sus costumbres y forma de pensar. Dado que tomará parte en la crianza, deberá compartir criterios con los padres. Un período de prueba permitirá efectuar una detenida evaluación, para poder confiarle luego el cuidado del bebé. De todas maneras, es necesario estar atentos a cualquier cambio en el comportamiento del pequeño.

La contratación deberá decidirse con la suficiente anticipación, para verificar que se haya establecido una buena relación entre la niñera y el chiquito. El proceso de adaptación deberá ser gradual, tanto para el bebé como para los padres. Y para que resulte satisfactoria, la relación entre ellos y la niñera tiene que ser fluida. Si hay tensiones, tu hijo las percibirá.

Y no tengas miedo: tu bebé no querrá más a la niñera que a vos. Él reconoce perfectamente quién es su mamá. Es más: tiene un “relojito” interno que lo orienta para darse cuenta cuando papá y mamá regresan del trabajo.

Ventajas: Si se trata de una persona especializada, una de las mayores ventajas es la estimulación que puede brindar al bebé. Además, que el pequeño quede en casa es -sin lugar a dudas- mucho más cómodo para todos: estará en su ámbito y no habrá necesidad de trasladarlo de un lugar a otro, exponiéndolo a condiciones climáticas desfavorables como frío, calor o lluvia.

Desventajas: El aspecto económico podría constituir también un punto en contra: algunas familias no se encuentran en condiciones de afrontar su sueldo.

 

La persona que trabaja en casa

Una decisión relativamente frecuente es contratar a una persona que además de cuidar al bebé se ocupe de las tareas domésticas.

Ventajas: Esta elección representa un gran alivio para la mamá, dado que además de atender al nene la persona se hace cargo de los quehaceres domésticos.

Desventajas: A diferencia de la niñera, no tiene ni dedicación 100% para el bebé ni una preparación especializada en la atención de niños (lo que no quiere decir que no pueda cuidar al bebé).

 

Un jardín maternal

Si vas a considerar esta opción, debés fijarte que cuente con docentes especializados y control pediátrico, que tenga estrictas normas de higiene y ventilación, que sea un lugar amplio e iluminado y con una decoración alegre. Los bebés deben estar organizados por edades y en grupos reducidos. También averiguar cuántos chiquitos tiene a cargo cada profesional, y verificar que exista un control estricto respecto de las personas que retiran al pequeño.

También conviene conocer la ideología de la institución en cuanto a educación, disciplina, participación e integración de la familia. En este aspecto, lo aconsejable es buscar un jardín con respaldo y trayectoria, donde la estimulación de los niños se planifique de manera pedagógica, con el objetivo de desarrollar las bases del proceso de alfabetización.

Igual que en el caso de la niñera, los papás deberán prever un período de adaptación que ayudará a moderar temores y ansiedades.

Ventajas: Entre las ventajas de esta elección podemos citar la estimulación que recibirá el bebé por parte de personal especializado, y el contacto y la interacción con otros niños.

Desventajas: Nuevamente, el factor económico. Además, como el jardín tiene horarios, si los papás deben quedarse trabajando después de hora tendrán que coordinar quién retira y cuida al bebé hasta que ellos vuelvan.

 

Quién cuidará a mi bebé

Una elección a medida

Analizar los pros y las contras de cada posibilidad demuestra que ninguna opción es perfecta. Por eso, una elección acertada es aquella que contempla las necesidades de la pareja y del bebé.

De nada sirve que la mamá renuncie a su trabajo si esto la coloca en una situación de tensión económica, o representa la pérdida de una importante fuente de gratificación. El pequeño necesita que su mamá no lo vea como el causante de su frustración profesional. Todo lo contrario. No tomes ninguna decisión apresurada ni presionada por la angustia que te genera dejar a tu bebé al cuidado de terceros.

Además tené en cuenta que el puerperio no es infinito y que los niños crecen más rápido de lo que pensamos. Más allá de la decisión que tomes, debés sentirse conforme y podés relacionarse plenamente con su hijo en los momentos en que estén juntos.

 

 

Con el asesoramiento de Dra. Mariana Czapski, Doctora en psicología
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