Las mejores posiciones para amamantar: encontrá la ideal para vos y tu bebé
Amamantar es un acto natural, pero no siempre sencillo. Tanto la mamá como el bebé necesitan tiempo para adaptarse y encontrar la manera más cómoda de hacerlo. Aunque la lactancia suele empezar de forma instintiva, aprender las distintas posiciones para amamantar puede hacer una gran diferencia para que sea un proceso placentero y sin molestias.
La clave es estar relajada, en una postura cómoda y bien apoyada. Esto no solo evita dolores de espalda, cuello o brazos, sino que también favorece la producción de leche, previene grietas en el pezón y ayuda a que los conductos mamarios se vacíen completamente. ¿El objetivo? Que la lactancia sea un momento de conexión y nutrición, sin incomodidades.
¿Por qué es importante la posición al amamantar?
Durante las primeras semanas de vida, cuando la producción de leche aún no se ha regularizado, es recomendable cambiar las posturas de amamantamiento. Esto es importante por dos motivos: en primer lugar, ayuda a que todos los conductos se vacíen completamente, evitando la acumulación de leche y el taponamiento de conductos. En segundo lugar, cambiar de posición puede prevenir que el bebé se quede dormido antes de haber terminado la toma.
Más adelante, cuando la lactancia ya esté bien establecida y el bebé se sienta cómodo, la mamá puede optar por mantener la posición que les funcione mejor a ambos. Lo importante es que se logre una buena succión y que tanto la mamá como el bebé se sientan relajados.
¿Lo sabías?
Alternar entre las distintas posiciones favorece la producción de leche y previene la aparición de grietas y taponamiento de conductos.
Las distintas posiciones para amamantar
1. Posición tradicional
La posición tradicional es una de las más comunes y la que más probablemente utilizarás en los primeros días. Aquí, la mamá se sienta en una silla o sillón cómodo y sostiene al bebé con el brazo del mismo lado del pecho que va a ofrecer. La cabecita del bebé descansa en el pliegue del codo y su pancita queda apoyada sobre el abdomen materno.
Beneficios:
- Ideal para recién nacidos y mamás primerizas.
- La posición facilita una buena succión y permite que ambos se sientan seguros.
Cómo hacerlo:
- Sentarse en un lugar cómodo, preferiblemente con respaldo para apoyar tu espalda.
- Colocar al bebé sobre un almohadón, de manera que su carita quede alineada con el pezón, y asegurarse de que el bebé esté “panza con panza” con la mamá.
- Sostener el pecho con la mano opuesta para ayudar al bebé a agarrar bien el pezón.
2. Posición tradicional cruzada
Esta es una variante de la posición anterior, pero en este caso usas el brazo opuesto al pecho del que el bebé va a alimentarse para sostener su cabeza. Con esta postura, tenés más control sobre la posición del bebé, lo que la hace ideal si el pequeño tiene dificultades para agarrarse bien al pecho.
Beneficios:
- Proporciona mayor control sobre la cabeza del bebé.
- Es útil para corregir la postura del bebé en las primeras tomas.
Cómo hacerlo:
- Si el bebé toma del pecho derecho, usar tu mano izquierda para sostener su cabeza y cuello, mientras lo acercás al pecho.
- La pancita del bebé debe permanecer en contacto con tu abdomen, sin que tenga que girar su cabeza.
3. Posición invertida o balón de fútbol americano
Esta postura es ideal para las mamás que han tenido una operación cesárea, ya que el bebé no ejerce presión sobre el abdomen. En esta posición, el bebé queda debajo de tu brazo, con sus piernas hacia atrás, como si sostuvieras un balón de fútbol americano.
Beneficios:
- Es excelente para las mamás que han tenido una cesárea o mellizos.
- Permite un buen control sobre la cabeza y la succión del bebé.
Cómo hacerlo:
- Colocá una almohada debajo del bebé para apoyarlo.
- Sostené al bebé con el brazo del lado del pecho del que va a alimentarse, mientras guiás su cabeza hacia tu pezón.
4. Posición acostada de lado
Esta es la postura favorita para las tomas nocturnas o para las mamás que se están recuperando de una cesárea. En esta caso, la mamá y el bebé se acuestan de lado, frente a frente.
Beneficios:
- Ideal para amamantar por la noche, ya que permite descansar mientras alimentas al bebé.
- Es cómoda para mamás que han tenido una cesárea, al no ejercer presión sobre la herida.
Cómo hacerlo:
- Acostate de lado y colocá al bebé frente a vos, con su boca a la altura del pezón. Las rodillas del bebé deben quedar en contacto con tu abdomen.
- Para no forzar tu cuello, podés usar almohadas para elevar tu la cabeza.
5. Posiciones especiales
Además de las posiciones tradicionales, hay otras que son útiles en situaciones específicas. Por ejemplo, si el bebé tiene reflujo, es recomendable mantenerlo en una posición más vertical para facilitar la digestión. Asimismo, para mamás con mellizos o gemelos, existen posturas que permiten amamantar a ambos bebés al mismo tiempo.
Si se presentan dificultades, como taponamiento de conductos o grietas en el pezón, consulta con una puericultora o un pediatra que te pueda indicar la mejor posición para tu situación particular.
Tip útil:
La mejor forma de sostener el pecho es con el pulgar arriba y los otros cuatro dedos por debajo. Con el dedo índice debajo de la teta, puedes acariciar el mentón de tu bebé para estimular la succión y evitar que se quede dormido antes de terminar.
La comodidad ante todo
Una lactancia exitosa depende de la comodidad. La mamá y el bebé deben sentirse relajados y bien apoyados. Probar distintas posiciones y lugares para amamantar puede ser necesario hasta encontrar el más satisfactorio. Si prefieres un sillón, te sugerimos usar almohadones para apoyar tu espalda y mantenerte lo más erguida posible. Los almohadones para lactancia, diseñados especialmente para rodear tu cuerpo y apoyar al bebé, también pueden hacer la experiencia más cómoda.
Con estas posiciones y recomendaciones, podrás encontrar la que mejor se adapte a ti y a tu bebé, para disfrutar juntos de este maravilloso viaje de la lactancia.
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