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Síndrome urémico hemolítico: claves para prevenir una enfermedad grave en los más pequeños

El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una grave enfermedad infecciosa provocada por una cepa específica de la bacteria Escherichia coli, identificada como E. coli O157. Esta bacteria produce una toxina llamada Shiga, que daña los vasos sanguíneos pequeños, la sangre y, especialmente, los riñones, llevando a insuficiencia renal aguda, anemia y posibles complicaciones neurológicas.

En la Argentina la enfermedad es endémica, vale decir que prolifera en forma permanente, aunque con mayor frecuencia durante la primavera y el verano. En Argentina, la situación es particularmente preocupante, ya que el país registra una tasa de incidencia de SUH con entre 400 y 500 casos nuevos anuales.

En Argentina, la situación es particularmente preocupante, ya que el país registra entre 400 y 500 casos nuevos de SUH cada año, lo que lo convierte en una enfermedad endémica, es decir, que ocurre de manera constante, con mayor frecuencia en primavera y verano. Esta enfermedad afecta principalmente a niños entre 6 meses y 5 años, siendo la primera causa de insuficiencia renal aguda en este grupo y la segunda razón más común para trasplantes renales en la infancia. Además, la tasa de mortalidad es elevada: 3 de cada 100 niños que contraen la enfermedad no sobreviven.

Síntomas y diagnóstico

El período de incubación es de 3 a 9 días, mientras que la enfermedad dura entre 10 y 15 días, y en casos graves puede prolongarse aún más tiempo.

Los síntomas más frecuentes son palidez, vómitos, diarrea (en ocasiones con sangre), dolor abdominal, irritabilidad, somnolencia y disminución de la secreción de orina. 

Para confirmar el diagnóstico se requieren análisis de sangre y de orina, y un coprocultivo (cultivo de materia fecal). En los análisis se evidencian anemia, plaquetas y glóbulos rojos por debajo de los valores normales, e incremento de la urea y de la creatinina que confirman la insuficiencia renal. En el coprocultivo se busca identificar la toxina y la bacteria.

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Cómo se contagia

La forma de contagio más frecuente es por medio del consumo de alimentos o de agua contaminados con E. coli, así como por contacto directo con personas o animales infectados. 

La contaminación cruzada en la cocina, donde ingredientes contaminados entran en contacto con alimentos crudos, también es una vía común de contagio, especialmente peligrosa. La transmisión de persona a persona -cada vez más frecuente- se produce por motivos de higiene: básicamente, por no lavarse las manos después de ir al baño. 

Alimentos de riesgo

Con frecuencia, la E. coli productora de toxina Shiga se encuentra frecuentemente en el intestino de animales bovinos sanos y de otros animales de granja, y llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante el proceso de faena o su posterior manipulación. 

Durante el proceso de faena o manipulación posterior, la bacteria puede contaminar la superficie de las carnes. La carne picada es especialmente vulnerable, ya que al procesarla, la bacteria que estaba en la superficie puede pasar al interior, dificultando su eliminación. Precisamente por eso, todas las preparaciones con carne picada tienen que estar perfectamente cocidas, sin jugos ni partes rojas o rosadas.

Otras fuentes de contagio son la carne de ave mal cocida, los lácteos y los jugos de fruta no pasteurizados o que hayan perdido la cadena de frío, así como las frutas, las verduras y el agua contaminadas, vale decir, que hayan tomado contacto con heces de animales infectados.

Prevención

No existe un tratamiento específico para el SUH, por lo que la prevención es crucial. Seguir estrictamente las medidas de higiene y las normas de seguridad alimentaria es fundamental para evitar la infección.

Campaña de Concientización de la Sociedad Argentina de Pediatría

En el marco del Día Nacional de la Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico, que se conmemora el 19 de agosto, la Sociedad Argentina de Pediatría ha lanzado una campaña nacional de prevención y concientización sobre esta enfermedad. Esta campaña, que se extenderá a lo largo de una semana, incluye actividades informativas y educativas para la comunidad, resaltando la importancia de la prevención y el seguimiento médico regular, especialmente en niños menores de 5 años.

A través de esta iniciativa, la Sociedad Argentina de Pediatría busca educar a la población sobre prácticas seguras de manipulación de alimentos y medidas de higiene esenciales, con el fin de reducir la incidencia del SUH y proteger la salud de los niños y niñas del país.

Recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría para la prevención del Síndrome Urémico Hemolítico:

  • Cocinar la carne completamente, tanto en el exterior como en el interior, hasta que no queden partes rosadas ni jugosas. La bacteria que provoca el SUH se elimina con el calor, cuando la cocción alcanza los 72 °C. Es fundamental prestar especial atención a la carne picada, como hamburguesas o albóndigas, que deben estar bien cocidas en su totalidad. Evitar la compra de embutidos caseros sin etiquetado.
  • Lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular alimentos, comer, después de tocar alimentos crudos, ir al baño o cambiar pañales.
  • Utilizar superficies y utensilios diferentes para cortar alimentos crudos y cocidos, para prevenir la contaminación cruzada. Evitar las tablas y mesadas de madera.
  • Lavar frutas y verduras con agua segura antes de consumirlas.
  • Mantener la lactancia materna, siempre que sea posible, en niños pequeños.
  • Si el bebé toma mamaderas, realizar una buena higiene de los utensilios y manos, usando agua segura y evitando que permanezca a temperatura ambiente por más de 2 horas.
  • Mantener la cadena de frío de los alimentos en todo momento.
  • Consumir lácteos pasteurizados para minimizar el riesgo de infecciones.
  • Utilizar solo agua segura para beber, cocinar y lavar los alimentos. Si hay dudas sobre la potabilidad, agregar 2 gotas de lavandina por litro de agua, agitar y dejar reposar 30 minutos, o hervirla por un minuto antes de usarla.
  • Respecto al uso de piscinas y ríos para uso recreativo, asegurarse siempre de que el agua sea apta y segura para nadar.

Asesoró: Dra. Cecilia Torroija, Médica Infectóloga, y Sociedad Argentina de Pediatría

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