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El comienzo del embarazo

La fecundación

Para que se produzca la fecundación, se requiere la unión de un óvulo (célula sexual femenina) y un espermatozoide (célula sexual masculina). Sin embargo, ese encuentro no sucede en cualquier momento. ¿Cuándo comienza el embarazo?

En cada eyaculación el hombre despide millones de espermatozoides. Pero con los óvulos no ocurre lo mismo: es solamente uno, se libera una vez al mes, y envejece en menos de 24 horas, a diferencia de los espermatozoides que pueden vivir de 3 a 5 días. Por lo tanto, la oportunidad de que ambas células se encuentren se restringe a una breve etapa. 

Cada mes, dentro de uno de los ovarios se forma el folículo, una especie de cápsula que contiene un líquido en el que flota el óvulo. En la mitad del ciclo, durante la ovulación, el folículo se rompe y libera al óvulo, que quedará alojado en las trompas de Falopio. Si en ese intervalo la pareja tiene relaciones sexuales sin protección, uno de los espermatozoides puede encontrarse con el óvulo y fecundarlo. En cambio, si en ese lapso la unión no se produce, habrá que esperar hasta el próximo mes para que las células sexuales masculinas tengan chances de hallar un nuevo óvulo para fecundar.

El origen de una vida: cómo se produce la concepción

El espermatozoide penetra el citoplasma del óvulo. Una vez que llega al núcleo, ambas células se fusionan, intercambian cromosomas y generan la primera célula del bebé (huevo o cigoto) a partir de la cual se formarán todas las demás. 

Un día después de la fusión, comienza el desarrollo fetal. El huevo, que todavía está en la trompa de Falopio, se divide para formar 2 células, luego 4, después 8, más adelante 16… Y así sucesivamente continúan duplicándose, hasta completar el proceso de segmentación. 

Al cabo de 4 días, aún en plena división, el huevo desciende lentamente desde la trompa de Falopio y se aloja en el útero. Las células se agrupan en forma de mora. Las que se encuentran en la capa externa (trofoblasto), integrarán la futura placenta; las de las capas internas (blastocito), darán lugar al embrión. 

Empiezan a formarse también las membranas externa (corion) e interna (amnios), que crearán la “bolsa” donde habitará el embrión. Y dentro de ella, el líquido amniótico. Mientras todo esto ocurre, la mujer aún no tiene ni idea del embarazo. 

El embarazo propiamente dicho se inicia cuando el embrión se implanta en el endometrio. A partir de ese momento, la comunicación materno-fetal se produce mediante la placenta, que se une al embrión por medio de lo que será el cordón umbilical. El cordón cumple una doble función: llevar al bebé nutrientes y oxígeno, y descargar en el organismo materno el dióxido de carbono y los productos de desecho del metabolismo fetal.

¡Estás embarazada!

¡Vaya noticia! Una nueva vida ha comenzado a formarse dentro de tu vientre. En menos de 9 meses tendrás un bebé en tus brazos. Los primeros síntomas no tardan en aparecer. 

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