Ictericia en recién nacidos: ¿Por qué mi bebé se puso amarillito?
La ictericia es la coloración amarillenta de la piel y las mucosas, causada por el aumento de bilirrubina en la sangre. Es un cuadro bastante frecuente, ya que afecta a aproximadamente 6 de cada 10 recién nacidos. Suele aparecer entre el segundo y cuarto día de vida y, en la mayoría de los casos, se resuelve de manera natural en una o dos semanas.
La bilirrubina es un pigmento derivado de la hemoglobina, una proteína de la sangre. Normalmente, el hígado se encarga de procesarla para que el organismo pueda eliminarla a través de las heces y la orina. Sin embargo, en los primeros días de vida, el hígado del bebé, que aún está en desarrollo, a veces no puede manejar toda la bilirrubina que se produce. Esto hace que su nivel en la sangre aumente y se manifieste en la piel del bebé, que comienza a adquirir un tono amarillento.
La ictericia suele aparecer entre los 2 y los 4 días de vida, y se resuelve de una a dos semanas después.
¿Qué causa la ictericia?
Las causas del incremento de la bilirrubina en la sangre pueden ser diversas: que el hígado del bebé -todavía en desarrollo- no permita eliminar la cantidad adecuada, que se produzca más cantidad que la que el hígado es capaz de procesar, o que el intestino reabsorba una cantidad elevada de bilirrubina antes de que pueda eliminarse, entre las más comunes; y entre las más serias: incompatibilidad sanguínea entre madre e hijo, ciertas infecciones que afectan al bebé, enfermedades hepáticas e hipotiroidismo.
En cuanto a la predisposición, los chiquitos prematuros están más expuestos, debido a que su hígado no ha madurado por completo, así como los que no comen o no orinan o evacuan de manera regular durante los primeros días de vida. Y también suele producirse con mayor frecuencia en los hijos de mamás con sangre del grupo 0 factor Rh negativo, y en los bebitos cuyos hermanos tuvieron ictericia al nacer.
¿Quiénes están más predispuestos?
Algunos factores aumentan el riesgo de desarrollar ictericia:
- Nacimiento prematuro: Los órganos, incluido el hígado, aún no están completamente desarrollados.
- Incompatibilidad sanguínea: Diferencias en el grupo sanguíneo o en el factor Rh entre la mamá y el bebé.
- Pérdida de peso y bajo aporte calórico: Cuando el recién nacido no se alimenta adecuadamente en los primeros días.
- Infecciones o alteraciones médicas: Algunas enfermedades pueden afectar la capacidad del organismo para manejar la bilirrubina.
- Antecedentes familiares: Si hermanos mayores tuvieron ictericia, es más probable que vuelva a ocurrir.
Qué hacer
El tratamiento más común para la ictericia es la fototerapia, que ayuda al cuerpo del bebé a eliminar el exceso de bilirrubina. Este procedimiento consiste en colocar al recién nacido bajo una luz ultravioleta o envolverlo con una cobija especial que emite luz. Para proteger sus ojitos, se utiliza un antifaz. La fototerapia suele durar entre uno y dos días y, aunque el tono amarillento puede tardar de 10 a 15 días en desaparecer por completo, el tratamiento es muy efectivo.
Además de la fototerapia, una de las principales recomendaciones en caso de ictericia es alimentar al bebé con frecuencia, ya sea con leche materna o de fórmula, porque de esa manera se lo ayuda a liberarse de la bilirrubina excedente a través de la materia fecal.
¿Cuándo consultar al médico?
Aunque la ictericia es común y generalmente no representa un riesgo grave para bebés sanos, es fundamental estar atentos. Si después del alta hospitalaria notás que la piel del bebé toma un tono amarillo intenso o anaranjado, consultá al pediatra o neonatólogo. Es posible que sea necesario medir los niveles de bilirrubina para descartar complicaciones.
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