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Qué es el monitoreo fetal y cuándo se realiza

Durante el embarazo, muchas mujeres suelen preguntarse por qué a ellas no les solicitan un monitoreo fetal mientras que a otras futuras mamás sí. Sin embargo, durante la gestación el monitoreo fetal no se requiere en forma rutinaria sino solo cuando existe algún factor de riesgo materno o fetal.

Solo en situaciones especiales

El monitoreo de la frecuencia cardiaca -también denominado cardiograma anteparto sin agresión (CASA)- debe realizarse únicamente en los casos en los que se sospecha una alteración de la salud fetal, sea de causa materna o bien inherente al crecimiento y desarrollo del bebé. De su interpretación surgirá la conducta por seguir, vale decir: continuar la gestación, o interrumpirla provocando el nacimiento. Pero no se justifica realizarlo en embarazos que no implican riesgo.

No obstante, muchos obstetras solicitan el estudio a partir de las 36 o 37 semanas en embarazos cuya evolución ha sido normal hasta ese momento. Pero lo cierto es que esta actitud no ha demostrado ventajas en los resultados perinatales.

Monitoreo fetal, ¿cuándo

Durante la gestación, el monitoreo se indica únicamente cuando existe algún factor de riesgo materno o fetal:

  • Hipertensión arterial.
  • Diabetes gestacional.
  • Retardo de crecimiento.
  • Ruptura prematura de membranas. 
  • Ausencia de signos que demuestren la proximidad del nacimiento una vez superada la fecha probable de parto.

Observando los latidos

Antes de comenzar el trabajo de parto, el corazón del bebé late con una frecuencia que se ubica entre 120 y 160 latidos por minuto. Pero esta frecuencia sufre fluctuaciones (variabilidad latido a latido) que constituyen un signo de salud y de buena reactividad por parte del sistema nervioso central del feto. 

Por el contrario, la falta de variabilidad -que se observa en el registro como una línea plana- expresa un signo desfavorable, y la causa probablemente sea la disminución de la oxigenación fetal o una depresión de su sistema nervioso.

Durante el monitoreo, la frecuencia cardiaca fetal es registrada en un papel termosensible, idéntico al que se usa para los electrocardiogramas. 

El monitoreo, paso a paso

Durante los últimos meses de gestación, el monitoreo se lleva a cabo en forma ambulatoria, vale decir en los consultorios de los profesionales o bien en las maternidades. 

Si es preciso efectuarlo durante el trabajo de parto -una vez que la mujer ya está internada- puede hacerse en forma continua o intermitente.

  • Se ubica a la futura mamá en un sillón o en una camilla, en posición semisentada. 
  • Por medio de cinturones elásticos, se le fijan dos transductores en el abdomen: uno a la altura del fondo del útero, para registrar la cantidad e intensidad de las contracciones, y el otro en la zona del abdomen donde mejor se escuchen los latidos del corazón del bebé.
  • Una vez que está todo listo, se le da a la mamá un pulsador y se le pide que lo presione cuando sienta que el bebé se mueve. 
  • Cada vez que la mamá oprime el pulsador, aparece una flechita en el registro, que señala el momento en el que se perciben los movimientos. 
  • En el papel del estudio aparecerán dos registros: el de arriba corresponde a la frecuencia cardiaca fetal, y el de abajo a las contracciones uterinas. 

El monitoreo fetal es completamente indoloro, su realización demanda entre 15 y 30 minutos, y el resultado se entrega de manera inmediata.

Muchos especialistas sugieren a la mamá comer algo dulce antes, dado que ayuda a estimular los movimientos del bebé, lo que reduce la duración del examen. 

El resultado

El monitoreo se considera “reactivo” cuando se detectan dos o más movimientos fetales en un lapso de 20 minutos, y cuando después de cada movimiento se comprueba un aumento de por lo menos 15 latidos por minuto en la frecuencia cardiaca fetal. 

Si bien existen excepciones, un resultado “reactivo” indica que la salud del bebé en ese momento es buena. Si en cambio el monitoreo es “no reactivo”, el obstetra deberá indagar más sobre la salud fetal.

Algunas veces, el resultado se considera “no interpretable”, vale decir que no es “reactivo” ni “no reactivo”. En ese caso, se sugiere repetir el estudio en un lapso de 12 a 24 horas, según cuál sea la causa que motivó el pedido de evaluación de la salud fetal. 

No obstante, en numerosas ocasiones, mediante una suave presión sobre el abdomen se modifica la variabilidad de la frecuencia cardíaca del feto, y rápidamente se logra el resultado esperado. 

Cabe destacar que la interpretación de los registros del monitoreo fetal debe ser efectuada por especialistas u obstetras adecuadamente entrenados. Los resultados nunca son 100 por ciento confiables. Por ello, la interpretación resulta fundamental, y debe ser realizada de acuerdo con la indicación que motiva el estudio.

Asesoró: Dr. Mario Sebastiani, médico obstetra

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