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Cómo es una sala de partos por dentro

La mayoría de la gente supone que la sala de partos es un lugar ultra sofisticado, equipado con múltiples y complejos aparatos de alta tecnología. Sin embargo, es una habitación bastante simple, aunque provista de elementos que permitan hacer frente a una eventual emergencia o complicación (por ejemplo, oxígeno central). Pero para que te vayas familiarizando con ese “misterioso” sitio donde nacerá tu hijo, en esta nota te detallamos cómo es una sala de partos por dentro.

En algunas instituciones, la mamá permanece en lo que se conoce como “sala de dilatación” o “de preparto”, hasta que alcanza una dilatación de 9 o 10 centímetros. Y recién en ese momento es trasladada a la sala de partos propiamente dicha. 

El ambiente

  • Dimensiones. La sala de partos es relativamente amplia: entre 25 y 40 m2, según la institución. ¿Por qué tan grande? Debido a que se requiere de la presencia de varios personas. Obviamente la futura mamá y acompañante, además de varios profesionales: un operador del parto (obstetra, partera, o ambos), un neonatólogo, una enfermera, un ayudante de obstetricia, una enfermera de neonatología, y en ocasiones un anestesista. Naturalmente, tanto la mujer como el equipo que la asiste deben encontrarse a gusto para poder trabajar de manera cómoda y segura.
  • Colores. Por lo general no suele haber colores fuertes o estridentes, sino que predominan los tonos claros. 
  • Temperatura. Suele ser bastante elevada: oscila entre los 28 y los 30°C. 

El equipamiento

  • La camilla de parto. Por lo general se encuentra en el medio de la sala. Detrás de la misma suele haber un panel con enchufes, luces y comandos para suministrar oxígeno. Se trata de una camilla articulada, que puede utilizarse como camilla propiamente dicha o bien como silla obstétrica para los partos verticales. Muchas son eléctricas y permiten modificar las posiciones según las necesidades. Tiene dos soportes laterales llamados “pierneras”, donde la mamá coloca sus piernas para ubicarse en posición ginecológica; la mamá se ubica con la cola bien al borde, para facilitar el trabajo de los profesionales y la salida del bebé. 
  • El asiento del obstetra. Adelante de la camilla, hay una especie de “banquito” donde se sienta el obstetra, de frente a la vagina, para realizar las maniobras del parto. 
  • La mesa y el instrumental. Cerca de la camilla, se ubica una mesa que contiene el instrumental y los elementos necesarios para el parto. Allí se encuentras pinzas, bisturí, tijera para la episiotomía, gasas y antisépticos, entre otros.
  • El equipo de monitoreo. Próximo a la camilla hay un aparato de monitoreo fetal, que sirve para controlar la salud del bebé durante el trabajo de parto. 
  • Sillas y armarios. En la sala de partos suele haber diversos armarios en los que se almacenan los insumos que podrían requerirse durante el procedimiento. Por ejemplo suero, cajas con elementos de sutura, etc. Además hay alguna silla, donde se sentará el papá o la persona que acompañe a la mamá en el nacimiento.
  • La pileta. La sala de partos cuenta también con una pileta donde los profesionales se higienizan las manos. 
  • El reloj. En una de las paredes de la sala suele ubicarse un gran reloj, que servirá para registrar la hora exacta del nacimiento.

La sala de recepción del recién nacido

En algunas maternidades, contigua a la sala de partos se encuentra la sala de recepción del recién nacido. Allí se traslada al pequeño para higienizarlo, pesarlo y efectuarle un exhaustivo control médico, a fin de establecer su estado de salud. En esta habitación suele hacer muchísimo calor. La razón es que el bebé no logra controlar aún su temperatura corporal, se intenta reproducir el clima que había en el útero materno. 

En otras instituciones, estos procedimientos se hacen dentro de la misma sala de partos, en una mesa de recepción del recién nacido o en una servocuna. Una servocuna es una cunita especial, térmica, equipada con luz, oxígeno, cronómetro y elementos de aspiración. 

Luego del nacimiento se traslada al bebé a la sala de recepción del recién nacido, para higienizarlo, pesarlo y efectuarle un exhaustivo control médico.

¿Y si el parto es por cesárea?

Como la cesárea es una cirugía, no se realiza en la sala de partos sino en un quirófano. Algunos centros asistenciales tienen un quirófano exclusivo para maternidad. Es decir, en él no se realizan cirugías generales sino solamente partos asistidos. En otras instituciones, en cambio, las cesáreas se efectúan en los quirófanos comunes.

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Generalmente, el quirófano de maternidad suele ser algo más grande que una sala de partos: ronda los 45 a 55 m2. ¿El equipamiento? Dispone de una mesa de intervención, donde se ubica a la futura mamá, y de grandes fuentes de luz que se localizan sobre ella. Suele haber también una servocuna, donde se coloca al bebé para realizarle los controles médicos.

Asesoró: Dr. Mario Sebastiani – Médico obstetra

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